Hablan los que escriben. Hoy responde: Carlos Busqued


por Walter Lezcano

Hay gente cuya primera aparición es tan deslumbrante que te deja casi ciego y preguntando: ¿y éste de dónde carajo salió? El tema es que esa pregunta no es relevante y sí lo es el hecho de que el año pasado alguien llamado Carlos Busqued (Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco, 1970) sacó una de las mejores novelas argentinas. Así a secas, ya que lo bueno trasciende cualquier cerco temporal que uno quiera colocarle. Por supuesto, estoy hablando de Bajo este sol tremendo.

La novela estuvo rankeando muy bien en todas esas las listas del tipo "lo mejor del año". Por una vez no se equivocaron y no tiene nada de raro porque Bajo este sol tremendo es un escrito realmente tremendo.
Pertenece a esa estirpe de textos que te absorven la vida en el tiempo que te lleva leerlo y cuando cerrás el libro te sentís diferente al momento que lo habías comenzado a leer. Y acá podría decir que el efecto de lectura es devastador a partir de todo lo que cuenta y lo que no cuenta también actúa como agente incómodo y molesto. Así es, loco: la vida en muchos sentidos es una mierda. Pero deja de serlo cuando uno logra acercarse a escritos como estos en donde todo se resignifica y cobra vida de una manera como no lo habías notado. Y es que hay tantas cosas que uno ignora o evita confrontar que es importante una buena sacudida de vez en cuando para bajarte de la palmera y golpearte la nuca para sentir el dolor. Como me dijo un amigo: la comodidad no es un lugar en donde se pueda crecer. Ahí vamos: peligro y sequedad, porro y un clima abrasador, y una prosa que te va dejar preguntando cómo lo hizo. Algo hermoso ocurre cuando uno agarra, y no puede soltar, Bajo este sol tremendo. Y, buena noticia al fin y al cabo, está al alcance de cualquiera.
Hoy responde Carlos Busqued.
1-¿Cuál fue el primer libro que leíste?
Una "Vida de Jesús" de autor que no me acuerdo. Pero como libro que me transmitió una sensación de inquietud y de estarme aproximando a algo raro y fascinante es "Crónicas marcianas" de Ray Bradbury. Lo leí a los 10 años, me lo regaló mi hermana.


2-¿Cuál fue el primer libro que compraste?

No me acuerdo con precisión, pero sí que cuando empecé a comprar libros empecé con unos cuantos de Lovecraft que me fui comprando en librerías de usados o de saldos. Se me complicaba el tema plata así que mi formación como lector se basa en cosas que compré en esa clase de librerías. Y siguen siendo los lugares a donde entro a revolver con más ganas, a las librerías normales (de libros "nuevos") entro cuando busco algo que ya quiero de antes, revuelvo poco ahí, miro así por arriba.

3-¿Cuál fue el primer libro que robaste? :

Nunca he robado libros. Soy un pusilánime en ese sentido, un tipo con poca tendencia al riesgo.

4-¿Cuál fue el primer libro que influyó en vos de alguna manera?

Las primeras puertas se me abrieron con Bradbury, Poe, Lovecraft. Cosas entretenidas y muy atractivas de leer para un pibe, y a la vez el contacto con una visión más profunda e inquietante de las cosas. Una cosa rara me pasó también con el cuento "Playa terminal" de J. G. Ballard. Lo leí a los 11 años y después perdí el libro. Me pareció tan fascinante ese cuento sobre un tipo que camina por una ciudad artificial, en una isla desierta que se usa para pruebas nucleares. El tipo camina insolado y con fiebre por una enfermedad tropical, y alucina, habla con el cadáver de un japonés. Algo que me sacudió mucho y después estuve años buscando ese libro hasta que lo encontré en un local de usados cerca de la estacion de tren de Quilmes.

5-¿Qué necesitás para ponerte a escribir?

Tranquilidad. Ideas. Whisky. El whisky se consigue un poco más facil, lo otro hay que trabajar más.

6-¿Qué fue lo primero que escribiste?

Uh, así como con "intención literaria", unas porquerías en un taller literario que hice (que verguenza).

7-¿Qué fue lo primero que publicaste? ¿Cómo lo ves ahora?

Parte de esas porquerías las publiqué en unas revistas que hacíamos en ese taller. Ahora me gustaría ser rico, en parte para poder comprar los ejemplares que andan desparramados por ahí, para prenderles fuego.


8-¿Qué estás escribiendo en este momento?

Momentáneamente encaro con desesperación la entrega de un cuento a una revista francesa. No me pagan nada, pero como el año que viene el libro sale allá, estaría bueno ir metiendo algo. Tengo unas ideas pero me cuesta ponerlas en orden. Empieza con un tipo tratando de sacar unas iguanas que se caen a una pileta vieja.

9-Un libro imperdible

Muchos de Ballard, "A sangre fría" de Truman Capote, "9 cuentos" de Salinger, "Yonqui" de Burroughs (los otros de Burroughs también). Casi cualquier cosa de Bukowski. Muchos más que ahora me olvido. Decir uno solo es muy dificil.


10-Una definición de escritor

Es muy complicado. Me gusta lo que dice William Lee al comienzo de la película "El almuerzo desnudo" (película hiper recomendable para un escritor que quiera entender de qué va EN SERIO la cosa). Ahí le preguntan no sé que cósa y el tipo dice "Dejé de escribir a los 5 años. Demasiado peligroso."

Gracias, Carlos

Nuestra visión de mundo en Cambio 21

Solano, Editorial Mancha de Aceite: “Queremos hacer libros de los que nos sintamos orgullosos” PDF Imprimir Correo electrónico
Quilmes
Martes 23 de Marzo de 2010 18:11

En confluencia con experiencias como la Feria del Libro Independiente los emprendimientos dedicados a la edición de libros por fuera de las grandes editoras vienen multiplicándose. Cambio 21 dialogó en Solano con Walter Lezcano, docente, escritor y cabeza del proyecto Editorial Mancha de Aceite, concebido bajo la premisa de publicar material literario con una clara identidad: escritores del sur del conurbano que no renieguen de su origen. Las ganancias obtenidas son reinvertidas en su totalidad para nuevas ediciones.

Por Ezequiel Arauz, especial para Cambio21.- martes 23 de marzo 2010

Acá no hay libros de literatura ni librerías. El centro fue cambiando, pero el crecimiento económico es que haya muchos comercios de electrodomésticos. ¿A mi que me importa que Fravega venda más?” se pregunta no sin algo de enojo y definiendo el contexto Lezcano. En los papeles San Francisco Solano es una localidad dividida la mayor porción pertenece a Quilmes y otra a Almirante Brown. En la realidad, Solano es eso de lo que se habla cuando se habla del conurbano. Como La Matanza pero al sur. Mas de 80 mil habitantes sumado ambos lados; mucha pobreza; mucho inmigrante latinoamericano; mucha política de todo tipo pero mucho peronismo; mucha actividad callejera; música todo el tiempo; inundaciones; asentamientos; una feria gigantesca y absolutamente increíble; profusa creatividad no conciente; reviente; transas y solidaridades de todo tipo; mucho de casi todo lo que hay y se consiguen los que tienen poco.

“El culo de Quilmes” llama a Solano Walter, lugar en el mundo al que asegura odiar y querer en simultáneo. Pese a que nació en la provincia de Corrientes hace 30 años, vive aquí, a orillas del Arroyo Las Piedras desde los once y dice que no piensa mudarse. Desde ese lugar, reflexiona: “esta bien que los gobiernos arreglen el Arroyo para que no se inunde más, pero con eso solo no alcanza. También estaría bueno que haya un teatro, no sé, un lugar para tomarse un café, más proyectos culturales. La cultura es tan importante como cualquier otra cosa” remata.

Mancha de Aceite nació cuando Walter, quien ya se dedicaba a escribir y había publicado algunos de sus trabajos en Internet conoció a Lucas Oliveira, responsable de la editora 100 Funes Volando. “Me enseño a encuadernar a cambio de que arranquemos con un proyecto de editorial independiente acá en Solano. Hablamos bastante de la necesidad de que haya una editora de libros en cada ciudad, y eso me hizo animarme”. En septiembre de 2009 salió a la calle el primer trabajo de la editorial, llamado Relatos de Guerra, escrito por el propio Walter. “Compramos una prensa y las resmas tamaño carta en la feria de Solano lo que nos ayudó a abaratar costos, que es en definitiva lo que busca una editorial independiente todo el tiempo”.

La tirada fue de dos tandas de veinte ejemplares cada una. Allí Lezcano, quien es Profesor de Lengua y Literatura en colegios secundarios, cuenta en prosa sintética pero rica en imágenes algo de su dura vida y experiencias del trabajo docente en el conurbano.

“Aprendimos a encuadernar, a diseñar la letra, las tapas, la gráfica, estamos contentos con el resultado”. Además de Walter, el equipo editorial se completa con las hermanas Patricia y Silvia Giménez. En Solano, no cuesta imaginarlo, sobran los competidores a la hora del reciclado: “las tapas del libro las hicimos con cartón de un supermercado chino de la esquina de casa. Teníamos que ganarle de mano a los cartoneros, ir bien temprano a la mañana o a la noche apenas cerraban el súper, sino no quedaba nada”.

“La amistad como refugio frente a la impiedad del mundo, la búsqueda del éxtasis amoroso, el barrio, el fin de semana como esa cima a alcanzar y que te organiza la vida, la rutina y el intento de vencerla, la fiesta, el baile, la música, las mujeres” de eso y otras cosas escribe el varelense Matías Gómez en el segundo trabajo editado por Mancha de Aceite cuyo título es “BAILANTA”.

Es la historia de un grupo de jóvenes, en la previa, durante y luego de una salida al ya cerrado y célebre boliche solanense de cumbia Reflex. BAILANTA va estar presentándose el 16 de abril en La Pulpería, Vélez Sarsfield 65, a dos cuadras de la estación de Florencio Varela.

“Lo que queremos con la editorial es poder publicar cosas bien escritas por escritores que viven en los lugares donde ocurren las historias. No nos interesa hacer una pose con la pobreza y hablar todo el tiempo de ella, ni tampoco escribir del sur desde otro lado, como algo que se conoce pero se dejó atrás. Queremos lograr literatura de calidad con libros que a la vez se relacionen directamente con el contexto en el que son escritos, que aspiren a ser leídos por cualquiera pero que tengan una identidad definida. Estaría bueno poder enseñar a otros a encuadernar y que la cosa se multiplique, seguir trayendo al mundo algo que antes no estaba y hacerlo bien, hacer buena literatura" cierra Lezcano.

Editorial Mancha de Aceite

Falta poco

El taller de Llach

Taller de escritura creativa

Coordina: Santiago Llach

Incentivo y trabajo para escribir ficción, poesía y autobiografía.

Una reunión semanal de dos horas y media, grupos de entre 6 y 8 personas.

Lunes a las 20, martes a las 19:30, miércoles a las 11, jueves a las 19:30, viernes a las 19:30

En Corrientes y Talcahuano, pegadito al Obelisco.

$200 x mes.

Empieza la primera semana de abril.

Informes: 1558957038 / santiago.llach(arroba)gmail.com

El pogo celestial



Todos ahí
que los pibes presentan videoclip.

Clase trabajadora

Sin descanso
con alegría
con todo
estamos trabajando
para traer algo nuevo al mundo










BAILANTA SALE EN ABRIL DEL DOS MIL DIEZ

AHÍ VAMOS

Diario dd BAILANTA. Cuarta entrega.


El lunes nos juntamos con Matías en una pizería a la que iba cuando salía del profesorado. Queda en Solano, a unas cuadras del centro comercial y tiene la cerveza bien barata. La excusa era festejar que Bailanta estaba completa y guardada en las fastuosas oficinas de la editorial.

Yo estaba tan copado con la versión final que comencé a preguntarle sobre los personajes. Si estaban inspirados en personas reales, si esos escenarios en los que transcurre los había pisado con su alma, y esas cosas. Matías me respondió todo. Y pensaba en lo groso que es descubrir esos secretos de las novelas. Pero, claro, tiene que haber un buen texto que le de una nueva dimensión y le pegue una buena patada a la realidad para sacarle jugo y pasión. La realidad es aburrida, por eso existe la literatura. Para contrarrestar ese efecto somnífero de las rutina y demostrar que todavía hay cosas por la cuales vivir. Una de ellas es contar bien una historia. Cosa que Bailanta hace de una manera magistral.
De paso le devolví unos libros que me había prestado. Y no sé, de golpe tuve la agradable sensación de que otra cosa tremenda estaba sucediendo. Porque otra de las grandes pasiones de mi vida es la amistad. Y creo que algo de eso se estaba forjando.
Está bueno sentarse enfrente a una persona que admirás.


Esa misma noche, creo que eran las once o más, me puse a buscarle una buena letra. La encontramos tipo dos o tres y media, el tiempo cuando unos hace lo que le gusta se mide de otra manera, ¿no?
Así que en esa seguimos. Trabajando en lo que nos gusta sin ganar un mango y tratando de hacer cosas interesantes y deslumbrantes como traer al mundo algo que antes no estaba. Es la maravilla de la creación. Digo, este libro se la banca y uno quiere estar a la altura de las consecuencias.

Segundas vacaciones con Roberto Bolaño


La primera vez fue en el dos mil ocho cuando partimos con Patricia hacia Misiones para no morir sin haber visto las cataratas del Iguazú. Pero mi principal interés entonces era entrarle a Los Detectives salvajes, un texto que se me imponía como necesario. Me costó hallarlo. Unos días antes de viajar recorrí casi todas las librerías de Corrientes y cada vez que preguntaba por el libro me respondían lo mismo: estaba agotado. Pensaba que iba a ser una temporada baja entonces. Hasta que fui a la casa de mi primo en Ciudad Evita para pedirle prestada una carpa, una mochila y una bolsa de dormir. Cuando entré a su pieza una gran sorpresa me esperaba: el tipo tenía el libro, ese libro que yo anduve rastreando como un poseso sin suerte, sobre su mesita de luz. Las casualidades no existen, me dijo una vez un albañil para el que trabajaba: el que habla de casualidad comete un error de interpretación. Lo veía reluciente, como si fuera recién comprado, esperando que alguno le pusiera los ojos encima y se produciera ese extraño fenómeno tan familiar y a la vez excepcional llamado lectura. Hay en el acto de abrir un libro algo de incertidumbre, de riesgo que uno emprende sin reparar en las consecuencias que acarrea meterse en otros mundos. Tapa roja con una ilustración de tres hombres trajeados, que parecían salidos de una película de Tarantino, caminando por una playa, observando a su alrededor. Buscando algo. Al igual que yo. Solo que en mi caso ya me encontraba frente a mi presa.