Hablan los que escriben. Hoy responde: Pablo Ntale.

Foto by Pete Ionian



Por Walter Lezcano

Pablo Natale, Carlos Paz, Córdoba, Finland. Un groso nos visita. Músico y escritor. Publicó un bellísimo libro llamado Un oso polar que lo muestra como una voz extraña, misteriosa y seductora. A ver, el tipo en ese libro delimita su terreno, plantea sus propias reglas de juego y si te metés, las cosa, tus cosas, pueden ir mucho mejor. Uno siempre está en la búsqueda de mundos nuevos, palabras que no están tan gastadas y Un oso polar las despliega con encanto y sin pedir nada más que entrega. Eso es algo valorable: que alguien labure en su propios términos.
Hay mucho más para decir, pero nadie lo va decir mejor que él.
Hoy responde Pablo Natale.

1-¿Cuál fue el primer libro que leíste?


Lamentablemente, el primer libro que leí fue “Los pieles rojas”, un librito chiquito y rojo en esas viejas ediciones tapa dura. Tenía nueve años, me la pasaba jugando al fútbol e inventando deportes con mis amigos en la calle, y mi vieja, que estaba preocupada por mi vida callejera, me obligó a leer todas las siestas un capítulo de ese libro en voz alta y después contarle de qué trataba. El problema era que yo no entendía qué demonios era un piel roja además de un indio, y no tenía mucho que contar porque el libro era demasiado descriptivo. Como no podía responder a las preguntas de mamá, tenía que pasarme la siesta en penitencia leyendo de vuelta el capítulo en cuestión. Así que en cuanto pude, abandoné. Recién volví a la lectura cuando mi abuela me pasó un libro de Agatha Christie. Era adolescente, y empecé a leer novelas policiales buscando modos de asesinar a mi familia y a mis compañeros de curso.

2-¿Cuál fue el primer libro que compraste?

Fueron dos libros, en realidad regalo de mis viejos para una Navidad. Uno era “Un gato en el palomar”, de Agatha Christie, novela de la que no me acuerdo nada, aunque tiene un gran título. El otro era “Cómo entender a su gato”, un libro increíble que explicaba los porqué de los comportamientos felinos y que leí delante de mi segundo gato, porque el anterior había cruzado corriendo la calle y se lo llevó puesto un Renault. Se metió sangrando a casa y murió al lado de la heladera. Lo extrañé tanto como a una persona y no quería que eso pasara de vuelta.


3-¿Cuál fue el primer libro que robaste?

“Pobres gentes”, de Dostoievski. No se conseguía en ninguna parte y en la biblioteca de mi pueblo estaba en la misma edición vieja de tapa dura que aquel libro de los pieles rojas. Lo robé, lo leí, me pareció una mocha, y estaba por devolverlo a la biblioteca cuando un amigo muy fanático del MST y la literatura rusa vino a casa, y lo vio, y se lo regalé. Los libros como ese tienen que estar en manos de quienes los aman.


4-¿Cuál fue el primer libro que influyó en vos de alguna manera?

Carajo. Eso es muy difícil. Si sigo una idea tradicional de “libro”, fue “Ami regresa”: era acerca de un nene extraterrestre con pelo azul que venía a inculcar la paz a la tierra. O “El anticristo”, de Nietszche. O “Rayuela”. Todos son de un nene extraterrestre que viene a inculcar algo a la tierra, si lo piensan un poco. Si en cambio uso una visión un poco más abierta y contemporánea de libro, el primero que influyó fuerte y duro fue la serie de animé “Los súper campeones”. Terminaba de ver un capítulo, salía a jugar al fútbol, y creía que todos mis amigos en el fondo, bien en el fondo, tenían superpoderes y corrían pensando cosas y eran medio épicos y medio melancólicos.

5-¿Qué necesitás para ponerte a escribir?

Libros cerca. Silencio. Un poco de bronca o un poco de alegría. Tiempo y silencio, otra vez. Alguien a quien escribirle, aunque viva muy lejos, o en otro tiempo, o no lo conozca.


6-¿Qué fue lo primero que escribiste?


La vida imaginaria de un tipo que tenía una empresa imaginaria para una materia llamada Administración de Recursos o algo así. Nos pidieron que escribamos un poco acerca de las personas imaginarias que hacían la empresa imaginaria, y yo escribí siete páginas de vida del tipo, lo vinculé un poco a la administración y a lo que la profesora quería que dijéramos, y tuve 10 durante todo el resto del año.

7-¿Qué fue lo primero que publicaste? ¿Cómo lo ves ahora?

Un poema de la Universidad. No me hace falta verlo para saber que era malo y estaba impostado. Igual la experiencia fue buena, porque nadie me dijo nada del poema, hasta que la madre de una ex me sentó en la cocina de su casa de la calle Ecuador y me dijo “no entiendo esto, y esto, y esto”, y me preguntó qué había querido decir. Para el segundo número de la revista no publiqué más poemas sino la historia de un nene que no sabía bailar la lambada y no sabía que significaban algunas palabras.

8-¿Qué estás escribiendo en este momento?

Intento escribir una nouvelle, no quiero decir de qué porque es como un maleficio. También estoy escribiendo canciones para mi banda, cuentos para niños, y cerrando un libro de poemas que hace mucho quería terminar.

9-Un libro imperdible

Eh, ¡no vale esto! Me gusta mucho “Los lemmings y otros”, de Casas. Me gustan mucho “Los detectives salvajes”, “El sonido y la furia”, “La gran Salina”, “La niña del pelo raro”, “La melancólica muerte del chico Ostra”, los últimos poemas de Godoy, los últimos poemas de Elisa Gagliano, y “La invención de la salchicha al curry”, de Uwe Timm.

10-Una definición de escritor

Alguien que cree en algo que no existe. Y que trabaja con eso. Y que no puede escapar de eso.


Gracias, Pablo

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