Hablan los que escriben. Hoy responde: Marcelo Figueras.

Uno puede conocer a un escritor en cualquier parte. Por ejemplo, como me ocurrió a mi con Figueras, en las páginas de una revista de rock llamada La Mano, la que dirige Pettinato. En la maravillosa feria de Solano, los ejemplares de esa revista se consiguen a uno o dos pesos. De otra forma no podría comprarla. Mi sueldo da para el alquiler, la comida y una o dos veces al mes ir al cine. Con lo que nos queda compramos para fabricar los libros. Hasta ahí llego.
Recuerdo que ese primer encuentro se dio a partir del número especial dedicado a la marihuana. Ahí, la nota de tapa la escribió nuestro entrevistado de hoy. Fue un texto sumamente inteligente para una cuestión gastada y de la cual parece no haber mucho más para decir. Sin embargo Figueras le pudo dar una mirada lúcida y para nada condescendiente que reflejaba el poder de la escritura, las palabras elegidas, más que del tema a tratar. Era un texto donde se notaba el pulso literario, el trazo de un escritor más que de un periodista.

Luego vinieron las críticas de cine para la misma revista. Y pude descubrir una nueva manera de ver películas. Por que comprendí que eso también se aprende. No alcanza con poner en el devedé un film por día. Hay un aprendizaje que realizar más allá del placer. Pensar, por ejemplo, en El padrino. Películas como esas te cambian la vida porque te enseñan algo que no sabías, aportan una visión de mundo que ensancha el tuyo. Ese era un link interesante ya que el tipo era guionista además. Una verdadera sorpresa que lo convertía en un espécimen extraordinario dentro del medio. ¿Cuántos críticos de cine hacen su paso al otro lado? Ese salto, del lugar de espectador al de creador, tránsito peligroso, había sido valioso. Y pienso en esa gran película que es Plata Quemada. Que adaptaron, a cuatro manos junto a Piñeyro, su director, de esa enorme novela de Piglia. El diario de rodaje, cuyos fragmentos salieron en la Rolling Stone, es una demostración de amor por el cine y produce en el lector una entrañable admiración, si es de esos que adoran, como yo, el séptimo arte. Y la buena nueva es que acaba de estrenarse Las viudas de los jueves. Film que lo tiene como guionista junto a Pineyro. La máquina sigue su marcha. Por suerte.


Y estaban los libros también. Aquarium, es el último.

Alejandro Soifer publicó una elogiosa crítica de él. Pero es una cuenta que a mí me falta saldar. Y el tema aquí es la falta de recursos. Esa es una cuestión que hay que tratar en algún momento: el precio de la literatura. Con las ganas de leerlos no alcanza, hay que pagarlos a esos libros. Y cuando el billete escasea hay que definir prioridades. Y la desazón te gana y uno con la ñata contra el vidrio siente que se está perdiendo algo bueno. No importa, ya voy a poder conseguir esas obras de alguna manera. Tengo tiempo. Eso es lo bueno de los libros, van a estar ahí para cuando uno esté preparado para ellos.

Hoy responde Marcelo Figueras.

1-¿Cuál fue el primer libro que leíste?
El primero que hoy recuerdo es una versión de Robin Hood que había pertenecido a mi madre. Me marcó para siempre con su mezcla de aventura y deseo de justicia: eso de quitarle al que se ha enriquecido vilmente para darle al que sufre hambre aunque quiera trabajar… Y al mismo tiempo, como se trataba de una de las versiones ‘completas’ –esto es, que no terminaba con el regreso de Ricardo Corazón de León sino con el triste final de su familia, y con la muerte a traición de Robin- me enseñó que ni los héroes ni las historias maravillosas obtienen necesariamente un happy ending. Me resultó educativo, en el más profundo de los sentidos.

2-¿Cuál fue el primer libro que compraste?
¿Con mi dinero? (Porque con el dinero de padres y parientes compré infinidad de libros: empezando por toda versión de Robin Hood con que me topase. ¡Llegué a tener más de diez!) Algún Cortázar, supongo. O uno de la colección Minotauro: Crónicas marcianas de Ray Bradbury, El señor de los anillos…

3-¿Cuál fue el primer libro que robaste?
Uno de cuentos de Jack London. Y no lo robé de una librería, sino de una casa de familia. Pero no se lo digan a nadie.

4-¿Cuál fue el primer libro que influyó en vos de alguna manera?
Los que me convencieron de que contar historias era lo mío fueron muchos: Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, Oliver Twist, la serie de Sandokán, La Ilíada y La Odisea, la saga del Rey Arturo…

5-¿Qué necesitás para ponerte a escribir?
Silencio y una buena taza de café negro.

6-¿Qué fue lo primero que escribiste?
Aventuras que servían de guión para jugar con mis amigos. Una adaptación de Hamlet. Historietas. Y finalmente cuentos. Un profesor de la secundaria leyó uno de esos en voz alta delante de toda la clase. La respuesta de mis compañeros fue buena, y sirvió de aliciente.

7-¿Qué fue lo primero que publicaste? ¿Cómo lo ves ahora?
Un cuento de fantasy a lo Tolkien que salió en una revista que editaban compañeros de la universidad. De este no me acuerdo casi nada, por fortuna. Pero el que sí significó mucho fue uno llamado La estrategia de Malory, porque ganó el segundo premio de un concurso que organizaba una revista literaria que yo adoraba: El Péndulo. Aparecer en un librito con ese sello fue un sueño hecho realidad para mí. Y el cuento no estaba del todo mal…

8-¿Qué estás escribiendo en este momento?
Una novela que mezcla géneros que amo –épica, fantasy, ciencia ficción, horror- y que saldrá por capítulos en internet a partir de septiembre de 2010: se llama El rey de los espinos.

9-Un libro imperdible
Moby Dick, de Herman Melville.

10-Una definición de escritor
Alguien que no encuentra otra manera de aprender a vivir que dándole rienda suelta a su imaginación.


Gracias, Marcelo

1 comentario:

  1. Muy lindo el reportaje a Marcelo, que es un gran tipo (y muy talentoso).
    Recibí el cuestionario, yo también. Prometo responder en breve.
    Saludos!!!!
    Eduardo Berti

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