Hablan los que escriben. Hoy responde: Esteban Schimdt

Compro la Rolling Stone desde el primer número. Antes, leerla me hacía sentir inteligente. Creía que esa lectura me elevaba por zonas mucho más riesgosas que la gente que leía, por decir algo, Paparazzi. Eso pensaba. Ahora la sigo comprando, más por costumbre que por otra cosa, y solamente la hojeo. El tiempo nos despega de ciertas pasiones juveniles, pasiones hijas de la inexperiencia y el desconocimiento. Pero sí me detengo a leer con mucha atención, pongo el freno de mano en esa carretera de lectura fácil, cuando aparece una nota que lleve la firma de Esteban Schmidt.

Me sentía extraño leyendo sus notas de política. Una materia que no me interesaba en lo más mínimo. Yo era de esos nenes que consideraban que rebeldes era los de CQC. Estaba sumergido en esa nociva concepción que no permiten que la pureza de la inteligencia te pueda limpiar la cabeza. Por eso cuando llegué por primera vez a las notas de Schmidt, pude descubrir el poder del sentido común y la fuerza de la escritura pueden hacerte atractivo un tema al que nunca en tu vida le hubieses prestado ni un poquito así de atención.

Y también están los dailies que escribe para TP. Es interesante descubrir la trascendencia que tienen con el tiempo. Se mantienen en pie sin fisuras y pueden explicar los mecanismos que hacen funcionar la maquinaria política. Son textos que se despegan de lo cotidiano, que buscan laburar en el terreno de la reflexión que siempre es mucho más interesante que contar “lo que pasa”.

Habría que decir acá, ya que estamos, que le gusta confrontar, debatir. En definitiva: discutir. Y entendamos esto como la posibilidad de abrir el campo para el intercambio sano de ideas, percepciones, que puede ayudar a que la vida no nos pase por encima y nos cargue errores ajenos. Ahí está en Ñ esa nota sobre la literatura peronista para comprobarlo.

Mi último cumpleaños, Patricia, que me escuchaba cuando yo le comentaba las notas del tipo enojado o feliz con él, me regaló The Palermo manifesto.
Un libro que escapa a las taxonomías fáciles y que por momentos cobra un vuelo increíble que tiene que ver con la propuesta estética del escrito: un orador frente a una multitud declamando su furia frente a lo perdido del país que siempre prometió y nunca hicimos nada por estar a la altura de esas promesas.
Es un libro un poco peligroso si uno se somete a su propuesta, que puede despertar violencias guardadas en el altillo del alma. Por eso cuando iba por la tercera lectura dije basta. Ya había rayado demasiados autos.
De eso se trata, de producir algo más en el lector que pura paja para la mente.
Y todo por haber leído un libro.


Hoy responde Esteban Schimdt

1-¿Cuál fue el primer libro que leíste?
Seguro que no son los primeros, primeros, porque la memoria no puede ser tan buena. Diría que en lo más atrás que puedo ir, mis primeros libros fueron “Los hijos del Capitán Grant” de Julio Verne y “Corazón” de Edmundo de Amicis.

2-¿Cuál fue el primer libro que compraste?
Y…, pasa que cuando sos chico te regalan, o te regalan a pedido, no sé bien. Como digo en la primera respuesta, tengo la sensación de que el primer libro que tomé de un estante de libros y pedí que me lo compren fue “Vamos a calentar el sol” de José Mauro Vasconcelos y fue en el Hogar Obrero de Rivadavia al 5100.

3-¿Cuál fue el primer libro que robaste?
No, nunca robé, me parece una vergüenza esa jactancia del robo de libros.

4-¿Cuál fue el primer libro que influyó en vos de alguna manera?
Pienso que “Corazón”, luego “Demian” de Hesse, y muchos años después “Viaje al fin de la noche”, de Celine.

5-¿Qué necesitás para ponerte a escribir?
Que no me duela la cabeza, luz cálida, y conexión a internet.

6-¿Qué fue lo primero que escribiste?
Bueno, están esas cosas que te hacen hacer en la escuela que no puedo recordar. Pienso que de adolescente en primer año hice algunos comentarios de fútbol por escrito, muy en la onda de los resúmenes de partidos que salían en El Gráfico. El año siguiente, en el 82, me preparé para hacer un resumen por cada partido del mundial de España pero el final de la guerra de Malvinas me impactó de una manera muy grande y lo discontinué enseguida y lo que siguió fue escribir volantes, declaraciones políticas. Muy, muy pobres, obviamente, muy inocentes.

7-¿Qué fue lo primero que publicaste? ¿Cómo lo ves ahora?
Buen, debe haber sido algún artículo en la revista del Centro de Estudiantes. Profesionalmente recuerdo mi primera nota en Página/12 con mucho afecto. La última vez que la leí no me dio vergüenza.

8-¿Qué estás escribiendo en este momento?
Bueno, nada específico. Escribo todos los días en documentos que abro al mismo tiempo y que tienen distintos temas en foco. La vida en la UCR en los años ochenta, el periodismo de los noventa y los dos mil, el proceso creativo y la enseñanza de la escritura.

9-Un libro imperdible
Crimen y castigo.
Gracias, Esteban

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